Letra del la canción del hormiguero
Vete a dormir, ya no des más el tostón y a pegar mocos en el colchón. Estás muy cansado, tienes los ojos rojos, tienen sueño hasta tus piojos.
Vete a dormir, ya no pintas nada aquí y no te olvides de hacer pipí. Pipí
Vete a dormir, vete a dormir que tus padres quieren vivir.
Creo que no me voy a ir, que estoy muy a gustito viendo la tele aquí.
Tu te vas ahora mismo a acostar que el cerebro se te va a quemar.
Vete a dormir, ya no pintas nada aquí y no te olvides de hacer pipí. Pipí.
Vete a dormir, vete a dormir que tus padres quieren vivir.
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Profesora: Mª del Mar Merino Galindo
ResponderEliminarTEMA1. Sordera. Definición, clasificación e implicaciones en el ámbito comunicativo-lingüístico.
Introducción
El oído es un órgano sensorial que forma parte de un sistema perceptivo más amplio: la espacio-percepción.
Este sistema incluye la vista, el oído, el tacto, el equilibrio y la propiocepción. Todos ayudan al sujeto a conocer lo que sucede en el ambiente próximo y a situarse en el espacio y en el tiempo.
Cuando el sistema se encuentra mermado en alguno de sus componentes, el organismo encuentra inconvenientes para interactuar con su entorno y actúa de forma distinta.
Cuando la audición se encuentra disminuida, el organismo intenta cumplir con esos cometidos de otra forma. Las peculiaridades perceptivas de las personas con pérdidas de audición favorecen determinados comportamientos y una forma algo diferente de captar la realidad.
Sin embargo, con frecuencia al hablar de sordera se ignora la variedad de funciones en las que interviene la audición, y el análisis de los inconvenientes que se derivan de la pérdida auditiva se limita a las dificultades para percibir el habla, sin considerar los cambios en el sistema perceptivo.
El sonido y la audición. Capacidad auditiva del ser humano
El sonido es cualquier variación de presión que se propaga en un medio material y que puede ser detectada por el oído. Es un movimiento vibratorio que se transmite a través de las moléculas por los cuerpos sólidos, líquidos y gaseosos, y que produce una sensación muy concreta al ser percibido por el oído: la audición.
Las características del sonido se estudian a partir de las ondas sonoras, cuyos rasgos principales son:
Frecuencia (tono)
Amplitud (intensidad)
Forma (timbre)
El sonido y la audición: frecuencia
Frecuencia: nº de vibraciones completas o dobles por segundo. Se expresa en ciclos por segundo (c/s) o Hertzios: 250c/s, 250Hz.
Tono: sensación psicológica que corresponde al atributo físico de frecuencia.
Tono grave: frecuencias bajas (125c/s, 250 c/s, 500 c/s)
Tono agudo: frecuencias altas (4000c/s, 6000 c/s, 8000 c/s).
Infrasonidos: sonidos inferiores a 16c/s
Ultrasonidos: por encima de 20000c/s
La sensibilidad para percibir tonos se deteriora con la edad. Los adultos no oyen más allá de 16.000c/s y los ancianos más allá de 8000c/s.
El sonido y la audición: amplitud
Amplitud (intensidad): altura de cada hemiciclo en el esquema de la onda sonora, en función del cambio de presión que se produce en el medio.
Las diferencias en la presión sonora permiten distinguir entre sonidos débiles e intensos.
La amplitud es la medida exacta de la intensidad del sonido, que no corresponde directamente a la intensidad percibida por el ser humano.
La unidad logarítmica para medir la sensación sonora es el Bel. Utilizamos el submúltiplo: el decibel o decibelio (dB), que es en realidad la unidad de medida de la intensidad sonora.
El cero decibel representa la menor intensidad sonora perceptible por el hombre en la frecuencia de 1000c/s.
El oído humano es especialmente sensible a las ondas sonoras entre 1000 y 4000 c/s, zona en que se encuentran las frecuencias de la voz humana.
En cada frecuencia, el hombre comienza a percibir el sonido a partir de cierta intensidad (umbral auditivo mínimo o umbral de detección para dicha frecuencia), hasta otra intensidad máxima (umbral de sensación o umbral de audibilidad máxima). A partir de este umbral aparece la sensación dolorosa o límite de lo audible.
Intensidad de algunos sonidos:
20dB: Trueno intenso
100dB: Sonido del metro
90 1dB: camión pesado
50-65 130dB: Umbral doloroso
dB: conversación normal
20 dB: cuchicheo
El sonido y la audición: forma
Las ondas sonoras que solo constan de una frecuencia tienen forma sinusoidal perfecta: son los sonidos puros, producidos artificialmente por diapasones o audiómetros.
Los sonidos que percibimos normalmente no son puros, sino que constituyen la suma de varias ondas simples, creando ondas complejas.
Timbre es la cualidad por la que podemos distinguir dos sonidos de igual frecuencia e intensidad emitidos por dos focos sonoros distintos. Viene determinado por la complejidad tonal.
Capacidad auditiva del hombre
El campo auditivo normal depende de la frecuencia e intensidad del sonido
Los adultos no perciben frecuencias superiores a 16000c/s (ultrasonidos) ni inferiores a 16c/s (infrasonidos).
El oído humano es muy sensible a las ondas sonoras entre 1000 y 4000c/s
La zona conversacional se extiende entre las frecuencias de 250 y 4000c/s, y entre 30 y 70dB
La audición en el sistema perceptivo general
1.El oído y su relación con los demás sentidos
2.Funciones en que interviene la audición
3.Conclusión.
El oído y su relación con los demás sentidos
El oído forma parte de la espaciocepción junto con la vista, el tacto, el equilibrio y la propiocepción.
Este sistema sirve al individuo para ubicarse en el espacio y relacionarse con él.
El oído y la vista son las principales herramientas para la percepción a distancia.
Visión: direccional. Puede interrumpirse.
Audición: todas direcciones. Funciona durante el sueño.
La audición sirve más como sentido de los trasfondos, y la visión, de los primeros planos.
La vista tiene mayor estabilidad frente a los estímulos (la imagen permanece mientras se contempla)
Los estímulos auditivos desaparecen: la secuencia, la temporalidad y la continuidad son elementos que ayudan a atribuir significado a los estímulos auditivos.
La audición se caracteriza por su disponibilidad, inevitabilidad, susceptibilidad a todo sonido y por su fluidez.
Los sentidos de contacto y los sentidos a distancia integran la percepción intersensorial. La interpretación de una experiencia sensorial se reconstruye según el conjunto de lo aprehendido por todos los sentidos. Si falta información de un sentido, la interpretación es distinta.
Cuando hay sordera, la vista y el tacto adquieren un papel más significativo.
Funciones en que interviene la audición
Función de alerta
La persona sorda sustituye esta alerta acústica por la visión. Periódicamente ha de explorar su entorno con la vista, o relacionándose con el entorno mediante el tacto y las vibraciones.
Localización de la fuente sonora
La audición binaural permite localizar los estímulos o acontecimientos debido a las diferencias de tiempo e intensidad con que se detecta un sonido desde uno y otro oído. La sordera obliga a la vista y al tacto a asumir estas funciones.
Estructuración espacio-temporal
El oído es un medio excelente para captar el tiempo y el ritmo. El deficiente auditivo profundo desarrollar menos habilidades para discriminar estimulaciones basadas en juegos temporales (duración, secuencia, ritmo…).
El oído es sensible a las estimulaciones breves y rápidas. La lentitud que a veces caracteriza a los sordos tiene que ver con su menor exposición a sensaciones auditivas de rápida reacción.
El oído tiene un papel fundamental en la percepción del espacio: la visión ofrece la perspectiva, y la audición, la distancia. La reverberación, los ecos e intervalos nos dan información sobre la distancia de los objetos que reflejan la onda acústica.
Estructuración espacio-temporal
La imagen del mundo exterior que posee un sordo profundo es la de una realidad más plana, sin profundidad.
La audición influye en el desarrollo de la motricidad general. Oír los ruidos y sonidos asociados a los movimientos musculares sirve para controlar la forma en que se realizan, ayudan a calcular su duración, a llevar el ritmo y facilita su aprendizaje y memorización. Las pérdidas auditivas complican estos cálculos.
La pérdida de audición implica una atención dividida: no se puede prestar atención a comunicación y experiencia simultáneamente.
Conclusión:
A pesar de su deficiencia, las personas sordas desarrollan destrezas y ejercen las funciones de alerta y de orientación espacio-temporal con bastante eficacia, basándose en mecanismos sensoriales distintos.
Ello hace que sus diferencias culturales radiquen en que construyen sus experiencias en imágenes visuales, más estables que nuestras imágenes sonoras, y en códigos visoespaciales.
Los trastornos de la audición. Tipos de hipoacusia o sordera
Clasificaciones. Procesamiento del sonido
En personas con audición normal, el sonido ingresa por el conducto auditivo externo alcanzando la membrana timpánica (tímpano), que a su vez transmite las vibraciones a un sistema de pequeños huesos ubicados en el oído medio. El estribo, el huesecillo localizado más profundamente, se articula en la ventana oval y transmite las vibraciones a un medio líquido que llena el interior de la cóclea.
El movimiento de este líquido provoca deformaciones mecánicas en la membrana basilar que son detectadas por células sensoriales ciliadas que residen en una estructura llamada órgano de Corti. Éstas células convierten las vibraciones mecánicas de la membrana basilar en señales eléctricas, que son conducidas por el nervio auditivo al cerebro.
Hipoacusia y sordera
Al hablar de hipoacusia o sordera nos referimos al déficit funcional que ocurre cuando un sujeto pierde capacidad auditiva en mayor o menor grado.
Específicamente, a deficiencias bilaterales (los dos oídos).
Las sorderas unilaterales permiten una audición prácticamente normal y no producen ningún trastorno del habla o del lenguaje.
Para estudiar la sordera se hacen las siguientes clasificaciones:
Cuantitativa: según la cantidad de perdida de audición.
Topográfica: según el lugar donde asienta la lesión que produce el déficit.
Cronológicas: de acuerdo con el momento de la aparición de la hipoacusia.
Etiológicas: según sus causas.
1.Cuantitativa: según la cantidad de perdida de audición.
Existen muchas clasificaciones, que suelen hacer referencia a la audición en el mejor oído y se basan en la media aritmética de las pérdidas auditivas en las frecuencias de 500c/s, 1000c/s y 4000c/s
La clasificación más utilizada es la del BIAP (Bureau international d’audiophologie)
Clasificación de las pérdidas auditivas según el bureau international d’audiophologie (BIAP)
Audición infranormal (normal) 0 – 20 dB
Deficiencia auditiva ligera 21 – 40 dB
Deficiencia auditiva media 41 – 70 dB
Deficiencia auditiva severa 71 – 90 dB
Deficiencia auditiva profunda 91 – 119 dB
Deficiencia auditiva total. Cofosis 120 dB o más
El grado de una pérdida de audición indica una disminución en la sensibilidad al sonido o el incremento del umbral para la detección del sonido
¿Hipoacúsico o sordo?
Hipoacúsico: persona con pérdida auditiva inferior a 90dB
Audición funcional con audífono o sin él
Lengua oral como instrumento de comunicación y pensamiento
Sordo: pérdida superior a 90dB
Audición no funcional aun con ayudas técnicas
Canal visual para percibir el lenguaje y la realidad
Cofosis: ausencia total de audición (muy infrecuente)
Influyen muchos factores para la adscripción a uno u otro grupo: aprendizaje, edad de aparición de la sordera, adaptación al audífono, educación, familia, contexto social…
Según la cantidad de pérdida de audición
Leves: pérdidas de 21 a 40 decibelios (dB)
Suelen atribuirse a problemas en el oído medio
Perciben el habla normal, pero poseen dificultades en el habla con voz baja o lejana, los segundos planos
No llegan a una percepción perfecta de la información
Puede haber problemas articulatorios con sonidos concretos
Pueden beneficiarse del uso de audífonos
Moderadas: pérdidas de 41 a 70 dB
No oyen bien la conversación normal
Perciben el habla si se eleva la voz, pero no los cuchicheos ni la voz lejana
Se benefician de la labiolectura
Perciben ruidos familiares, pero otros no los detectan o no los identifican
Necesitan explorar visualmente el campo
En niños, el lenguaje oral se retrasa, y la comprensión lectora se deteriora
No reciben toda la información en conversaciones rápidas, lo que complica su participación en grupos de comunicación
Importante el uso temprano de audífonos
Severas: pérdidas de 71 a 90 dB
Solo oyen si se les habla con voz fuerte al oído
No perciben algunos sonidos consonánticos
Perciben ruidos fuertes, pero no los sonidos medios o lejanos
La comprensión oral depende en gran medida de la labiolectura
Necesitan ayuda para aprender la lengua oral
Afecta a la gramática, la sintaxis, la pronunciación, el ritmo y el vocabulario; la comprensión lectora
Dificultades para la participación social en diálogos orales en grupo (distinto son las conversaciones signadas)
Necesidad de prótesis auditivas y ayudas técnicas
Profundas: pérdidas mayores de 90 dB
Solo perciben ruidos intensos, y algunos, solo vibraciones
La lengua de signos es un elemento lingüístico y cultural importante, que garantiza los intercambios de información y la interacción social y afectiva
La comprensión oral depende casi exclusivamente de la labiolectura
Los niños aprenden la lengua oral con especialistas
Escaso dominio de la lengua oral. Bajo nivel de comprensión lectora
Audífonos y amplificadores útiles con pérdidas de 91 – 100 dB
Total o Cofosi: más de 120 dB ¿Se puede recuperar la audición?
Con unas sordera leve o moderada, una persona puede beneficiarse del uso de ayudas de audición
Con sordera severa o profunda, puede ser difícil comprender incluso sonidos de elevada intensidad.
Elevar la intensidad de los sonidos o aumentar el nivel de la amplificación no hace posible que un oído en estas condiciones pueda procesar el sonido.
En la mayoría de los casos, un médico o audiólogo recomendará la evaluación de la persona para someterla a un implante coclear.
El implante coclear realizado por primera vez en España por el Dr. Emilio García-Ibáñez en 1985, se aplica a personas con sordera profunda o total en las que no es útil el audífono convencional y que no tienen ninguna otra posibilidad de recuperación auditiva, puesto que presentan una destrucción de las células ciliadas.
El implante coclear sustituye las células de la cóclea estimulando el nervio auditivo y enviando señales al cerebro.
En niños nacidos sordos el implante coclear puede devolverles la audición si se implanta precozmente, seguido de una buena rehabilitación logopédica.
Muchas de las sorderas calificadas de "nervio seco" son lesiones cocleares susceptibles de ser recuperadas con un implante coclear
En niños nacidos sordos el implante coclear puede devolverles la audición si se implanta precozmente, seguido de una buena rehabilitación logopédica.
Muchas de las sorderas calificadas de "nervio seco" son lesiones cocleares susceptibles de ser recuperadas con un implante coclear
2.-Topográfica: Según el lugar donde asienta la lesión
El deterioro de la audición se produce cuando alguna parte del oído se encuentra deformada o interferida por una lesión o enfermedad.
Problema en el oído externo o medio:
dificultades para que la vibración llegue con plenitud al tímpano o pueda transmitirse por la cadena de huesecillos a los líquidos del oído interno
Hipoacusia de transmisión o conductiva
Suele tener tratamiento quirúrgico o medicamentoso
Ocasiona pérdida parcial de audición
Lesión en el oído interno, en nervio auditivo o en los centros cerebrales: sordera irreversible
Clasificación
Según el lugar de la lesión, las pérdidas auditivas se clasifican en:
Hipoacusias de transmisión, hipoacusias de conducción o hipoacusias obstructivas
Sorderas neurosensoriales o de percepción
Sorderas mixtas
Sorderas centrales
3.-Hipoacusias de transmisión, hipoacusias de conducción o hipoacusias obstructivas
Lesión en el oído externo o medio
Tratamiento quirúrgico
Pérdidas de audición transitorias leves o moderadas (20 – 50 dB)
Consecuencia de una obstrucción del conducto auditivo, otitis, rotura de tímpano o problema mecánico en el funcionamiento de la cadena de huesecillos.
Sorderas neurosensoriales o de percepción
Irreversibles
Lesiones en oído interno, problemas en la cóclea o en las fibras nerviosas
Sorderas mixtas
Suman los problemas perceptivos y de transmisión
Sorderas centrales
Problema en los mecanismos de recepción y de integración del mensaje auditivo
Lesión cerebral
Suele acompañar a otros déficits
Según el momento de aparición
Cuanto más severa y precoz es la pérdida auditiva, mayores repercusiones tiene en el desarrollo posterior
Hipoacusias prelocutivas: la lesión se produjo con anterioridad a la adquisición del lenguaje (de cero a dos años)
Hipoacusias perlocutivas: durante el aprendizaje del lenguaje (de dos a cinco años)
Hipoacusias postlocutivas: cuando la pérdida auditiva sobrevino después de la estructuración del lenguaje (mayores de cinco años)
La edad de aparición de la sordera
Los primeros años de vida son fundamentales para la adquisición de las habilidades prelingüísticas.
Oír el lenguaje durante un período muy prolongado, percibir el habla, es esencial para ser capaz de utilizarla.
Según Lenneberg, cuando aparecen las primeras palabras se ha alcanzado ya el 60% de los valores propios de la madurez adulta respecto a la audición, el lenguaje y sus correlatos neurológicos.
Conforme nos alejamos de los primeros años, aprender la lengua oral resulta cada vez más difícil.
Lo más urgente es dotar al niño de un sistema de comunicación eficaz, como la lengua de signos:
Los niños sordos que disponen de este sistema desde la primera infancia, obtienen luego mejores resultados académicos, mejor desarrollo cognitivo y mejor ajuste personal y social
En las sorderas postlocutivas, según la edad de aparición, se producen trastornos en la escolaridad, la vida de relación (amigos, pareja, familia…) social y laboral, etc.
Pérdida de audición prelocutiva
Audición sensiblemente normal
Hipoacusia ligera
Hipoacusia media
Hipoacusia severa
Sordera profunda
La edad de aparición de la sordera es un dato fundamental. Contar con audición en los 12 ó 24 primeros meses facilita considerablemente el aprovechamiento de los restos de audición, la adaptación a los audífonos y el aprendizaje de la lengua oral
Pérdidas de audición postlocutivas
Sorderas adquiridas en la segunda infancia
Sorderas adquiridas en la edad escolar
Sorderas adquiridas en la adolescencia y juventud
Pérdidas de audición en personas adultas
Presbiacusia (pérdida de audición progresiva por envejecimiento)
Según sus causas
Según Emery y Rimoin, 1991, los déficit auditivos se pueden clasificar en tres grupos:
Grupo I
Sorderas genéticas (Prenatales, Perinatales y Postnatales)
Síndromes genéticos
Sordera aislada familiar
Grupo II
Sorderas adquiridas
Grupo III
Sorderas idiopáticas o criptogenéticas
Sorderas prenatales
40% causa genética
50-60% por infecciones, ototóxicos, radiaciones y patología materna gestacional
Sorderas perinatales
Prematuridad o bajo peso al nacer
Falta de oxígeno, hipoxia o anoxia en el parto
Hiperbilirrubinemia
Infecciones
ototóxicos
Sorderas posnatales
Otitis media crónica o infecciones generales del oído (meningitis bacteriana, sarampión)
Ototóxicos
traumatismos
Conocer la causa de la sordera
ayuda a detectar otros problemas añadidos
Permite conocer la posibilidad de transmisión a los descendientes
Aporta datos para analizar el tipo de pérdida de audición
Indica su carácter progresivo o no
Señala las frecuencias que se verán afectadas con mayor probabilidad
Bibliografía
Minguet Soto, Amparo (2000): Rasgos sociológicos y culturales de las Personas Sordas. Una aproximación a la situación del colectivo de Personas Sordas en la Comunidad Valenciana. Valencia, Fesord.
www.fesord.org
http://www.espaciologopedico.com/articulos2.php?Id_articulo=392
http://www.asorvigo.org/contenido1/index.htm
http://www.fesord.org/comunidad_enlaces.htm
http://www.espaciologopedico.com/articulos2.php?Id_articulo=392
http://www.hablarconlasmanos.net/
http://usuarios.discapnet.es/ojo_oido/sistemas_tecnicos_informaticos_para_ni%C3%B1os_sordos.htm
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http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01473952099104051054480/index.htm
http://www.planetavisual.net/educa/index.htm