Letra del la canción del hormiguero















Vete a dormir, ya no des más el tostón y a pegar mocos en el colchón. Estás muy cansado, tienes los ojos rojos, tienen sueño hasta tus piojos.
Vete a dormir, ya no pintas nada aquí y no te olvides de hacer pipí. Pipí
Vete a dormir, vete a dormir que tus padres quieren vivir.
Creo que no me voy a ir, que estoy muy a gustito viendo la tele aquí.
Tu te vas ahora mismo a acostar que el cerebro se te va a quemar.
Vete a dormir, ya no pintas nada aquí y no te olvides de hacer pipí. Pipí.
Vete a dormir, vete a dormir que tus padres quieren vivir.

martes, 24 de marzo de 2009

TEMA1. Sordera. Definición, clasificación e implicaciones en el ámbito comunicativo-lingüístico.

1 comentario:

  1. Profesora: Mª del Mar Merino Galindo
    TEMA1. Sordera. Definición, clasificación e implicaciones en el ámbito comunicativo-lingüístico.

    Introducción

    El oído es un órgano sensorial que forma parte de un sistema perceptivo más amplio: la espacio-percepción.
    Este sistema incluye la vista, el oído, el tacto, el equilibrio y la propiocepción. Todos ayudan al sujeto a conocer lo que sucede en el ambiente próximo y a situarse en el espacio y en el tiempo.
    Cuando el sistema se encuentra mermado en alguno de sus componentes, el organismo encuentra inconvenientes para interactuar con su entorno y actúa de forma distinta.

    Cuando la audición se encuentra disminuida, el organismo intenta cumplir con esos cometidos de otra forma. Las peculiaridades perceptivas de las personas con pérdidas de audición favorecen determinados comportamientos y una forma algo diferente de captar la realidad.
    Sin embargo, con frecuencia al hablar de sordera se ignora la variedad de funciones en las que interviene la audición, y el análisis de los inconvenientes que se derivan de la pérdida auditiva se limita a las dificultades para percibir el habla, sin considerar los cambios en el sistema perceptivo.

    El sonido y la audición. Capacidad auditiva del ser humano

    El sonido es cualquier variación de presión que se propaga en un medio material y que puede ser detectada por el oído. Es un movimiento vibratorio que se transmite a través de las moléculas por los cuerpos sólidos, líquidos y gaseosos, y que produce una sensación muy concreta al ser percibido por el oído: la audición.
    Las características del sonido se estudian a partir de las ondas sonoras, cuyos rasgos principales son:
    Frecuencia (tono)
    Amplitud (intensidad)
    Forma (timbre)

    El sonido y la audición: frecuencia

    Frecuencia: nº de vibraciones completas o dobles por segundo. Se expresa en ciclos por segundo (c/s) o Hertzios: 250c/s, 250Hz.
    Tono: sensación psicológica que corresponde al atributo físico de frecuencia.
    Tono grave: frecuencias bajas (125c/s, 250 c/s, 500 c/s)
    Tono agudo: frecuencias altas (4000c/s, 6000 c/s, 8000 c/s).

    Infrasonidos: sonidos inferiores a 16c/s
    Ultrasonidos: por encima de 20000c/s
    La sensibilidad para percibir tonos se deteriora con la edad. Los adultos no oyen más allá de 16.000c/s y los ancianos más allá de 8000c/s.

    El sonido y la audición: amplitud

    Amplitud (intensidad): altura de cada hemiciclo en el esquema de la onda sonora, en función del cambio de presión que se produce en el medio.
    Las diferencias en la presión sonora permiten distinguir entre sonidos débiles e intensos.
    La amplitud es la medida exacta de la intensidad del sonido, que no corresponde directamente a la intensidad percibida por el ser humano.
    La unidad logarítmica para medir la sensación sonora es el Bel. Utilizamos el submúltiplo: el decibel o decibelio (dB), que es en realidad la unidad de medida de la intensidad sonora.

    El cero decibel representa la menor intensidad sonora perceptible por el hombre en la frecuencia de 1000c/s.
    El oído humano es especialmente sensible a las ondas sonoras entre 1000 y 4000 c/s, zona en que se encuentran las frecuencias de la voz humana.
    En cada frecuencia, el hombre comienza a percibir el sonido a partir de cierta intensidad (umbral auditivo mínimo o umbral de detección para dicha frecuencia), hasta otra intensidad máxima (umbral de sensación o umbral de audibilidad máxima). A partir de este umbral aparece la sensación dolorosa o límite de lo audible.

    Intensidad de algunos sonidos:

    20dB: Trueno intenso
    100dB: Sonido del metro
    90 1dB: camión pesado
    50-65 130dB: Umbral doloroso
    dB: conversación normal
    20 dB: cuchicheo

    El sonido y la audición: forma

    Las ondas sonoras que solo constan de una frecuencia tienen forma sinusoidal perfecta: son los sonidos puros, producidos artificialmente por diapasones o audiómetros.
    Los sonidos que percibimos normalmente no son puros, sino que constituyen la suma de varias ondas simples, creando ondas complejas.
    Timbre es la cualidad por la que podemos distinguir dos sonidos de igual frecuencia e intensidad emitidos por dos focos sonoros distintos. Viene determinado por la complejidad tonal.

    Capacidad auditiva del hombre

    El campo auditivo normal depende de la frecuencia e intensidad del sonido
    Los adultos no perciben frecuencias superiores a 16000c/s (ultrasonidos) ni inferiores a 16c/s (infrasonidos).
    El oído humano es muy sensible a las ondas sonoras entre 1000 y 4000c/s
    La zona conversacional se extiende entre las frecuencias de 250 y 4000c/s, y entre 30 y 70dB

    La audición en el sistema perceptivo general

    1.El oído y su relación con los demás sentidos
    2.Funciones en que interviene la audición
    3.Conclusión.

    El oído y su relación con los demás sentidos

    El oído forma parte de la espaciocepción junto con la vista, el tacto, el equilibrio y la propiocepción.
    Este sistema sirve al individuo para ubicarse en el espacio y relacionarse con él.
    El oído y la vista son las principales herramientas para la percepción a distancia.
    Visión: direccional. Puede interrumpirse.
    Audición: todas direcciones. Funciona durante el sueño.
    La audición sirve más como sentido de los trasfondos, y la visión, de los primeros planos.
    La vista tiene mayor estabilidad frente a los estímulos (la imagen permanece mientras se contempla)
    Los estímulos auditivos desaparecen: la secuencia, la temporalidad y la continuidad son elementos que ayudan a atribuir significado a los estímulos auditivos.
    La audición se caracteriza por su disponibilidad, inevitabilidad, susceptibilidad a todo sonido y por su fluidez.
    Los sentidos de contacto y los sentidos a distancia integran la percepción intersensorial. La interpretación de una experiencia sensorial se reconstruye según el conjunto de lo aprehendido por todos los sentidos. Si falta información de un sentido, la interpretación es distinta.
    Cuando hay sordera, la vista y el tacto adquieren un papel más significativo.

    Funciones en que interviene la audición

    Función de alerta
    La persona sorda sustituye esta alerta acústica por la visión. Periódicamente ha de explorar su entorno con la vista, o relacionándose con el entorno mediante el tacto y las vibraciones.
    Localización de la fuente sonora
    La audición binaural permite localizar los estímulos o acontecimientos debido a las diferencias de tiempo e intensidad con que se detecta un sonido desde uno y otro oído. La sordera obliga a la vista y al tacto a asumir estas funciones.
    Estructuración espacio-temporal
    El oído es un medio excelente para captar el tiempo y el ritmo. El deficiente auditivo profundo desarrollar menos habilidades para discriminar estimulaciones basadas en juegos temporales (duración, secuencia, ritmo…).
    El oído es sensible a las estimulaciones breves y rápidas. La lentitud que a veces caracteriza a los sordos tiene que ver con su menor exposición a sensaciones auditivas de rápida reacción.
    El oído tiene un papel fundamental en la percepción del espacio: la visión ofrece la perspectiva, y la audición, la distancia. La reverberación, los ecos e intervalos nos dan información sobre la distancia de los objetos que reflejan la onda acústica.
    Estructuración espacio-temporal
    La imagen del mundo exterior que posee un sordo profundo es la de una realidad más plana, sin profundidad.
    La audición influye en el desarrollo de la motricidad general. Oír los ruidos y sonidos asociados a los movimientos musculares sirve para controlar la forma en que se realizan, ayudan a calcular su duración, a llevar el ritmo y facilita su aprendizaje y memorización. Las pérdidas auditivas complican estos cálculos.
    La pérdida de audición implica una atención dividida: no se puede prestar atención a comunicación y experiencia simultáneamente.

    Conclusión:
    A pesar de su deficiencia, las personas sordas desarrollan destrezas y ejercen las funciones de alerta y de orientación espacio-temporal con bastante eficacia, basándose en mecanismos sensoriales distintos.
    Ello hace que sus diferencias culturales radiquen en que construyen sus experiencias en imágenes visuales, más estables que nuestras imágenes sonoras, y en códigos visoespaciales.

    Los trastornos de la audición. Tipos de hipoacusia o sordera
    Clasificaciones. Procesamiento del sonido

    En personas con audición normal, el sonido ingresa por el conducto auditivo externo alcanzando la membrana timpánica (tímpano), que a su vez transmite las vibraciones a un sistema de pequeños huesos ubicados en el oído medio. El estribo, el huesecillo localizado más profundamente, se articula en la ventana oval y transmite las vibraciones a un medio líquido que llena el interior de la cóclea.
    El movimiento de este líquido provoca deformaciones mecánicas en la membrana basilar que son detectadas por células sensoriales ciliadas que residen en una estructura llamada órgano de Corti. Éstas células convierten las vibraciones mecánicas de la membrana basilar en señales eléctricas, que son conducidas por el nervio auditivo al cerebro.

    Hipoacusia y sordera
    Al hablar de hipoacusia o sordera nos referimos al déficit funcional que ocurre cuando un sujeto pierde capacidad auditiva en mayor o menor grado.
    Específicamente, a deficiencias bilaterales (los dos oídos).
    Las sorderas unilaterales permiten una audición prácticamente normal y no producen ningún trastorno del habla o del lenguaje.

    Para estudiar la sordera se hacen las siguientes clasificaciones:

    Cuantitativa: según la cantidad de perdida de audición.
    Topográfica: según el lugar donde asienta la lesión que produce el déficit.
    Cronológicas: de acuerdo con el momento de la aparición de la hipoacusia.
    Etiológicas: según sus causas.
    1.Cuantitativa: según la cantidad de perdida de audición.
    Existen muchas clasificaciones, que suelen hacer referencia a la audición en el mejor oído y se basan en la media aritmética de las pérdidas auditivas en las frecuencias de 500c/s, 1000c/s y 4000c/s
    La clasificación más utilizada es la del BIAP (Bureau international d’audiophologie)

    Clasificación de las pérdidas auditivas según el bureau international d’audiophologie (BIAP)

    Audición infranormal (normal) 0 – 20 dB
    Deficiencia auditiva ligera 21 – 40 dB
    Deficiencia auditiva media 41 – 70 dB
    Deficiencia auditiva severa 71 – 90 dB
    Deficiencia auditiva profunda 91 – 119 dB
    Deficiencia auditiva total. Cofosis 120 dB o más
    El grado de una pérdida de audición indica una disminución en la sensibilidad al sonido o el incremento del umbral para la detección del sonido

    ¿Hipoacúsico o sordo?

    Hipoacúsico: persona con pérdida auditiva inferior a 90dB
    Audición funcional con audífono o sin él
    Lengua oral como instrumento de comunicación y pensamiento
    Sordo: pérdida superior a 90dB
    Audición no funcional aun con ayudas técnicas
    Canal visual para percibir el lenguaje y la realidad
    Cofosis: ausencia total de audición (muy infrecuente)
    Influyen muchos factores para la adscripción a uno u otro grupo: aprendizaje, edad de aparición de la sordera, adaptación al audífono, educación, familia, contexto social…

    Según la cantidad de pérdida de audición
    Leves: pérdidas de 21 a 40 decibelios (dB)
    Suelen atribuirse a problemas en el oído medio
    Perciben el habla normal, pero poseen dificultades en el habla con voz baja o lejana, los segundos planos
    No llegan a una percepción perfecta de la información
    Puede haber problemas articulatorios con sonidos concretos
    Pueden beneficiarse del uso de audífonos

    Moderadas: pérdidas de 41 a 70 dB
    No oyen bien la conversación normal
    Perciben el habla si se eleva la voz, pero no los cuchicheos ni la voz lejana
    Se benefician de la labiolectura
    Perciben ruidos familiares, pero otros no los detectan o no los identifican
    Necesitan explorar visualmente el campo
    En niños, el lenguaje oral se retrasa, y la comprensión lectora se deteriora
    No reciben toda la información en conversaciones rápidas, lo que complica su participación en grupos de comunicación
    Importante el uso temprano de audífonos

    Severas: pérdidas de 71 a 90 dB
    Solo oyen si se les habla con voz fuerte al oído
    No perciben algunos sonidos consonánticos
    Perciben ruidos fuertes, pero no los sonidos medios o lejanos
    La comprensión oral depende en gran medida de la labiolectura
    Necesitan ayuda para aprender la lengua oral
    Afecta a la gramática, la sintaxis, la pronunciación, el ritmo y el vocabulario; la comprensión lectora
    Dificultades para la participación social en diálogos orales en grupo (distinto son las conversaciones signadas)
    Necesidad de prótesis auditivas y ayudas técnicas


    Profundas: pérdidas mayores de 90 dB
    Solo perciben ruidos intensos, y algunos, solo vibraciones
    La lengua de signos es un elemento lingüístico y cultural importante, que garantiza los intercambios de información y la interacción social y afectiva
    La comprensión oral depende casi exclusivamente de la labiolectura
    Los niños aprenden la lengua oral con especialistas
    Escaso dominio de la lengua oral. Bajo nivel de comprensión lectora
    Audífonos y amplificadores útiles con pérdidas de 91 – 100 dB

    Total o Cofosi: más de 120 dB ¿Se puede recuperar la audición?

    Con unas sordera leve o moderada, una persona puede beneficiarse del uso de ayudas de audición
    Con sordera severa o profunda, puede ser difícil comprender incluso sonidos de elevada intensidad.
    Elevar la intensidad de los sonidos o aumentar el nivel de la amplificación no hace posible que un oído en estas condiciones pueda procesar el sonido.
    En la mayoría de los casos, un médico o audiólogo recomendará la evaluación de la persona para someterla a un implante coclear.
    El implante coclear realizado por primera vez en España por el Dr. Emilio García-Ibáñez en 1985, se aplica a personas con sordera profunda o total en las que no es útil el audífono convencional y que no tienen ninguna otra posibilidad de recuperación auditiva, puesto que presentan una destrucción de las células ciliadas.
    El implante coclear sustituye las células de la cóclea estimulando el nervio auditivo y enviando señales al cerebro.
    En niños nacidos sordos el implante coclear puede devolverles la audición si se implanta precozmente, seguido de una buena rehabilitación logopédica.
    Muchas de las sorderas calificadas de "nervio seco" son lesiones cocleares susceptibles de ser recuperadas con un implante coclear

    En niños nacidos sordos el implante coclear puede devolverles la audición si se implanta precozmente, seguido de una buena rehabilitación logopédica.
    Muchas de las sorderas calificadas de "nervio seco" son lesiones cocleares susceptibles de ser recuperadas con un implante coclear

    2.-Topográfica: Según el lugar donde asienta la lesión

    El deterioro de la audición se produce cuando alguna parte del oído se encuentra deformada o interferida por una lesión o enfermedad.
    Problema en el oído externo o medio:
    dificultades para que la vibración llegue con plenitud al tímpano o pueda transmitirse por la cadena de huesecillos a los líquidos del oído interno
    Hipoacusia de transmisión o conductiva
    Suele tener tratamiento quirúrgico o medicamentoso
    Ocasiona pérdida parcial de audición
    Lesión en el oído interno, en nervio auditivo o en los centros cerebrales: sordera irreversible

    Clasificación
    Según el lugar de la lesión, las pérdidas auditivas se clasifican en:
    Hipoacusias de transmisión, hipoacusias de conducción o hipoacusias obstructivas
    Sorderas neurosensoriales o de percepción
    Sorderas mixtas
    Sorderas centrales

    3.-Hipoacusias de transmisión, hipoacusias de conducción o hipoacusias obstructivas

    Lesión en el oído externo o medio
    Tratamiento quirúrgico
    Pérdidas de audición transitorias leves o moderadas (20 – 50 dB)
    Consecuencia de una obstrucción del conducto auditivo, otitis, rotura de tímpano o problema mecánico en el funcionamiento de la cadena de huesecillos.

    Sorderas neurosensoriales o de percepción
    Irreversibles
    Lesiones en oído interno, problemas en la cóclea o en las fibras nerviosas
    Sorderas mixtas
    Suman los problemas perceptivos y de transmisión
    Sorderas centrales
    Problema en los mecanismos de recepción y de integración del mensaje auditivo
    Lesión cerebral
    Suele acompañar a otros déficits

    Según el momento de aparición

    Cuanto más severa y precoz es la pérdida auditiva, mayores repercusiones tiene en el desarrollo posterior
    Hipoacusias prelocutivas: la lesión se produjo con anterioridad a la adquisición del lenguaje (de cero a dos años)
    Hipoacusias perlocutivas: durante el aprendizaje del lenguaje (de dos a cinco años)
    Hipoacusias postlocutivas: cuando la pérdida auditiva sobrevino después de la estructuración del lenguaje (mayores de cinco años)

    La edad de aparición de la sordera

    Los primeros años de vida son fundamentales para la adquisición de las habilidades prelingüísticas.
    Oír el lenguaje durante un período muy prolongado, percibir el habla, es esencial para ser capaz de utilizarla.
    Según Lenneberg, cuando aparecen las primeras palabras se ha alcanzado ya el 60% de los valores propios de la madurez adulta respecto a la audición, el lenguaje y sus correlatos neurológicos.
    Conforme nos alejamos de los primeros años, aprender la lengua oral resulta cada vez más difícil.

    Lo más urgente es dotar al niño de un sistema de comunicación eficaz, como la lengua de signos:
    Los niños sordos que disponen de este sistema desde la primera infancia, obtienen luego mejores resultados académicos, mejor desarrollo cognitivo y mejor ajuste personal y social
    En las sorderas postlocutivas, según la edad de aparición, se producen trastornos en la escolaridad, la vida de relación (amigos, pareja, familia…) social y laboral, etc.

    Pérdida de audición prelocutiva

    Audición sensiblemente normal
    Hipoacusia ligera
    Hipoacusia media
    Hipoacusia severa
    Sordera profunda
    La edad de aparición de la sordera es un dato fundamental. Contar con audición en los 12 ó 24 primeros meses facilita considerablemente el aprovechamiento de los restos de audición, la adaptación a los audífonos y el aprendizaje de la lengua oral

    Pérdidas de audición postlocutivas

    Sorderas adquiridas en la segunda infancia
    Sorderas adquiridas en la edad escolar
    Sorderas adquiridas en la adolescencia y juventud
    Pérdidas de audición en personas adultas
    Presbiacusia (pérdida de audición progresiva por envejecimiento)

    Según sus causas

    Según Emery y Rimoin, 1991, los déficit auditivos se pueden clasificar en tres grupos:
    Grupo I
    Sorderas genéticas (Prenatales, Perinatales y Postnatales)
    Síndromes genéticos
    Sordera aislada familiar
    Grupo II
    Sorderas adquiridas
    Grupo III
    Sorderas idiopáticas o criptogenéticas
    Sorderas prenatales
    40% causa genética
    50-60% por infecciones, ototóxicos, radiaciones y patología materna gestacional
    Sorderas perinatales
    Prematuridad o bajo peso al nacer
    Falta de oxígeno, hipoxia o anoxia en el parto
    Hiperbilirrubinemia
    Infecciones
    ototóxicos
    Sorderas posnatales
    Otitis media crónica o infecciones generales del oído (meningitis bacteriana, sarampión)
    Ototóxicos
    traumatismos

    Conocer la causa de la sordera

    ayuda a detectar otros problemas añadidos
    Permite conocer la posibilidad de transmisión a los descendientes
    Aporta datos para analizar el tipo de pérdida de audición
    Indica su carácter progresivo o no
    Señala las frecuencias que se verán afectadas con mayor probabilidad

    Bibliografía

    Minguet Soto, Amparo (2000): Rasgos sociológicos y culturales de las Personas Sordas. Una aproximación a la situación del colectivo de Personas Sordas en la Comunidad Valenciana. Valencia, Fesord.
    www.fesord.org
    http://www.espaciologopedico.com/articulos2.php?Id_articulo=392
    http://www.asorvigo.org/contenido1/index.htm
    http://www.fesord.org/comunidad_enlaces.htm
    http://www.espaciologopedico.com/articulos2.php?Id_articulo=392
    http://www.hablarconlasmanos.net/
    http://usuarios.discapnet.es/ojo_oido/sistemas_tecnicos_informaticos_para_ni%C3%B1os_sordos.htm
    http://html.rincondelvago.com/fisiologia-del-sistema-auditivo.html
    http://www.centroauditivoleones.com/audicion.htm
    http://www.bionicear-europe.com/es/deafness/grados.html
    http://www.msd.es/publicaciones/mmerck_hogar/seccion_19/seccion_19_210.html
    http://www.fundaciongarciaibanez.com/consideraciones.html
    http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01473952099104051054480/index.htm
    http://www.planetavisual.net/educa/index.htm

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